Primera línea de playa, sol, aguas cristalinas, arenas finas o calas incomparables, son algunas de las expresiones que resultan familiares para los visitantes que vienen a los hoteles en Mallorca, y constituyen una parte irrenunciable de nuestro argumentario turístico. Pero es indudable que la isla de Mallorca es mucho más que eso, y tiene el potencial para aportar atractivos sobrados para justificar la llegada de viajeros que demandan algo más que baños, bronceados y motos de agua.
Es un hecho que Mallorca posee un patrimonio histórico que, por si mismo, confiere interés y tiene capacidad para llenar de contenido cualquier escapada o visita a la isla. Podemos afirmar que la arquitectura es la huella física que la historia deja en una ciudad o en una tierra, y aquí contamos con un devenir histórico denso y prolijo que se deja admirar en multitud de rincones, plazas, calles y parajes de nuestro territorio.
Pero la historia no es solo historia antigua, también es historia reciente, y ahora el Colegio de Arquitectos de las Islas Baleares ha querido llamar la atención sobre el valioso patrimonio de arquitectura contemporánea que las últimas décadas han legado a Mallorca y a todas las Islas Baleares. En efecto, el Colegio de Arquitectos ha difundido un listado en el que se cuentan 42 edificaciones de las Islas Baleares que, a juicio de los técnicos, tendrían que ser objeto de protección, en respeto y consideración a su singularidad o a su valor arquitectónico. 25 de estos edificios valiosos se encuentran en Mallorca, y tal vez sea este un buen momento para que comencemos a conocerlos mejor y a considerarlos como algo propio, como activos que aprenderemos a valorar con el tiempo y a considerarlos como focos de atención turística, al menos para algunos. Solo es cuestión de tiempo.