Aunque algunos audaces emprendedores intenten convertir a la ciudad de Madrid en lugar propicio para el running y el trote impenitente, lo cierto es que la capital de España es, por encima de todo, lugar para el turismo cultural, para el disfrute gastronómico, para la diversión y, sobre todo, para el turismo de compras.
Venir a Madrid y no realizar una ruta de compras viene a ser lo mismo que acudir a Asturias sin pasar por Covadonga; visitar el País Vasco sin saborear un bacalao al pil pil o pasar por Santiago de Compostela sin fijar tu mirada un solo segundo en la fachada del Obradoiro. De hecho, tres de cada cuatro turistas que vienen a la Comunidad de Madrid no se marchan de aquí sin haber dedicado un tiempo preferente a las compras, según datos difundidos por el Instituto de Estudios Turísticos, a partir de la encuesta de movimientos turísticos de los españoles (Familitur).
No hay duda, las compras se llevan buena parte del protagonismo en las preferencias de los turistas que vienen a los hoteles de Madrid, aunque sin olvidar tampoco la gastronomía, los espectáculos, las salidas nocturnas o las visitas a espacios naturales.
Las fechas de Navidad son tiempo de compras y Madrid es territorio de tiendas, boutiques, moda, complementos, regalos y escaparates. Quienes no pueden o no saben gozar de su tiempo de compras nunca han experimentado una buena ruta por las zonas comerciales más representativas, brillantes y excelsas de Madrid. Disfrutar algo así, no tiene precio.
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