En muchos rincones de España, las nevadas y los paisajes blancos son una reiterada rutina invernal con la que se convive con naturalidad. No obstante, no suele ser habitual en Palma de Mallorca vivir un temporal de nieve como el que hemos podido contemplar en las jornadas del viernes por la tarde y de este sábado en la mañana. En efecto, no conocíamos una nevada así desde hace más de medio siglo. Este sábado, 4 de febrero de 2012, quedará en la memoria de todos los palmesanos como el día en el que cayó una gran nevada y así lo recordaremos durante mucho tiempo.
No es usual poder admirar los enclaves más hermosos de Palma de Mallorca cubiertos por una espesa capa de nieve y, por ello, estas horas han sido una excelente oportunidad para deleitarnos con la visión de una ciudad que jamás llega a perder ni un solo ápice de su elegancia, de su clase y de su armoniosa belleza, aún en instantes insólitos como estos.
Ojala que los millones de turistas que solo eligen los meses de verano para gozar de Mallorca pudieran descubrir las magnánimas excelencias que Palma y que toda la isla brindan a los viajeros más exigentes en cualquier momento del año. Incluso la idílica vista de una ciudad histórica y monumental, que luce su manto blanco justo en las orillas del Mediterráneo habitualmente más cálidas.
Si vienes a Mallorca acertarás, cualquiera que sea el momento elegido.