Hasta ahora es indudable que Tenerife ha logrado posicionarse en un lugar de brillante privilegio, entre las islas más hermosas del mundo.
El reconocimiento de millones de turistas y las preferencias de innumerables viajeros han aupado a Tenerife a la condición de isla paradisíaca, repleta de bellezas naturales, enclaves idílicos y rincones con inenarrable capacidad de seducción.
La reciente visita del universal profesor Stephen Hawking a Tenerife, con motivo de la celebración del evento Starmus, ha permitido quizás llegar un poco más lejos y situar a la isla chicharrera en el mapa mundial de la ciencia y de la investigación. Stephen Hawking ha afirmado públicamente que ‘Tenerife es una Isla maravillosa‘, en el curso de su visita al Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), en el municipio de Granadilla. En las instalaciones del ITER se ubica el Teide-HPC, el segundo superordenador más potente de cuantos prestan servicios en nuestro país, uno de los motivos que reclamó la atención de Stephen Hawking.
De esta forma, la estancia de Stephen Hawking durante las últimas jornadas en Tenerife y la celebración del Starmus, ha servido para mostrar al mundo una imagen diferente de la isla, con indudables argumentos de interés para la comunidad científica internacional.
Sin duda, la singularidad de los espacios naturales de Tenerife, la riqueza de su biodiversidad o incluso el turismo astronómico han servido para comenzar a traer a la isla un perfil diferente de viajeros, más allá de las clásicas ofertas de sol, mar, playa y eterna primavera.
Ahora, la llegada de Stephen Hawking y de un nutrido grupo de internacional de investigadores servirán para extender las excelencias de Tenerife hacia nuevos colectivos de visitantes. Es posible que el turismo de calidad crezca con mayor intensidad en los hoteles de Tenerife en sucesivas temporadas.