Visita Cabrera, su Parque Nacional cumple 25 años.
Visita Cabrera. Su Parque Nacional de Cabrera cumplió un cuarto de siglo el pasado sábado 29 de abil en pleno proceso de ampliación de su territorio. Para celebrarlo, el Govern Balear prepara toda clase de actos, como visitas guiadas con precios especiales, un documental sobre el islote y un concurso de fotografía submarina. El momento perfecto para acercarse a este paraíso natural, a solo 11 millas nauticas de la isla de Mallorca.
¿Cómo llegar a Cabrera?
En verano salen barcos de forma regular desde la Colonia de Sant Jordi, al sur de la isla de Mallorca. Estos pequeños ferrys tardan unos 30 minutos en llegar al islote y tienen un coste de entre 40 y 50 euros. ¿Lo mejor? Los delfines que en ocasiones pueden verse saltando en la superficie.
La ‘cova blava’
Visita obligada en las excursiones a Cabrera. La ‘cova blava‘ o cueva azul es una enorme cavidad a nivel de mar de tonos azulados y aguas cristalinas. Lo más habitual es que los barcos de las excursiones se metan en su interior y dejen a los tripulantes darse un chapuzón. Lo que más impresiona es el resplandor azulado que la envuelve y la claridad de sus aguas, «la más transparente de las islas», según cuentan sus habitantes.
El castillo de Cabrera
Visita Cabrera y su castillo, que da la bienvenida a sus visitantes imponente, a 72 metros de altura sobre la punta oriental de la isla. Se trata de una construcción extraña, de planta exagonal, que ha sufrido sucesivos ataques a lo largo de la historia. Data del siglo XIII y se dice que ha sido derruido y reconstruido al menos en 10 ocasiones. La subida hasta la torre es empinada y se hace especialmente dura en las horas centrales del día, pero las vistas desde su mirador merecen la pena.
Su fondo marino
El fondo marino de Cabrera ha sido declarado zona de especial protección en el Mediterráneo. No es para menos. La superficie del 85% del parque es marina. En ella conviven 160 especies distintas de algas y más de 500 animales, con 113 especies de briozoos, 22 de moluscos, 25 crustáceos, 87 esponjas y 200 tipos de peces. Entre ellos, abundan las doradas y las lubinas. Lo más sorprendente y bonito es que en Cabrera estos animales se acercan a los humanos sin temor, ya que nunca han sufrido daño alguno por su parte. Por esta razón, la isla de Cabrera es uno de los lugares favoritos de los submarinistas.
La prisión de los franceses
Cabrera cuenta con una ubicación privilegiada y estratégica que la ha convertido en lugar de paso de cientos de civilizaciones. Los primeros escritos que hablan del islote aparecen en la edad de bronce. Desde entonces, ha servido de refugio a fenicios, cartagineses, romanos, bizantinos y sobre todo… ¡A piratas! En su territorio existe un considerable conjunto de yacimientos arqueológicos, algunos bajo el mar y la mayoría en tierra.
Desde el puerto sale un camino de tierra que lleva a la cruz de los franceses, un monumento colocado por el gobierno galo en el siglo XIX para honrar a los cientos de prisioneros de las tropas napoleónicas que fueron abandonados a morir en el islote sin agua ni comida. Solo sobrevivió una tercera parte de los cautivos, según cuentan las leyendas, gracias al canibalismo.
Un cementerio de solo dos sepulcros
Otra de las leyendas del islote es la que tiene que ver con su cementerio, donde solo dos tumbas: la de un pescador de Mallorca que se ahogó durante un temporal y la de un aviador alemán que se estrelló en la zona durante la Segunda Guerra Mundial. La leyenda cuenta que su espíritu vagaba por la isla implorando que se le devolviera a su tierra. Finalmente, el organismo encargado de dar sepultura a las víctimas alemanas de este periodo exhumó sus restos y los llevó al cementerio militar alemán de Cuacos de Yuste, en Cáceres. Sin embargo, varios de los testigos aseguran que se equivocaron de cuerpo. ¿Quién le iba a decir a ese pescador mallorquin que acabaría enterrado en Extremadura?
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One comment
[…] pequeña isla de Cabrera cuenta con una agitada historia y numerosas leyendas de Cabrera. Se dice que el general Anibal nació en uno de los islotes que la rodean (Conejera), y que hubo […]