Las personas que viajan con ánimo de practicar el golf suelen posicionarse entre los turistas más deseados y cotizados, en función de sus hábitos en vacaciones y de su perfil diferenciado.
No es ningún secreto que el turista de golf acostumbra a registrar un promedio de gasto muy por encima de la media y acostumbra a seleccionar los mejores hoteles, restaurantes, tiendas o alternativas de ocio para extraer el máximo rendimiento a su tiempo de descanso y diversión.
En todo el territorio turístico europeo, las Islas Baleares conforman uno de los más anhelados conjuntos de destinos en el turismo de golf, muy especialmente en el caso de Mallorca, aun sin menoscabar en absoluto la relevancia de Menorca o Ibiza.
Así es, el turista que viaja con la intención de poder practicar el golf, acostumbra a ser un viajero deseado y bien recibido en un buen número de destinos de clima bonancible, y en los que están presentes las instalaciones adecuadas para la práctica de este deporte. Es cierto que el perfil del turista de golf suele coincidir con un visitante que elige cualquier época del año para viajar y que sitúa sus expectativas de excelencia en los servicios en una cota elevada. Por todo ello, las Islas Baleares representan un inequívoco paraíso para todo aquel aficionado al golf que también desea encontrar atractivas oportunidades de ocio para su pareja, su familia o sus amigos, aunque estas no estén directamente relacionadas con la práctica del entedicho deporte.
Nos llega la buena noticia del incremento en la llegada de turistas de golf a las Islas Baleares en la presente temporada. Si se mantiene la tendencia actual y las previsiones se cumplen, cabe hablar de un incremento entre el 10 y el 15 por ciento de crecimiento del turismo de golf en 2011 respecto al pasado ejercicio 2010. Además, esta tipología de visitantes suele preferir los meses comprendidos entre septiembre y abril para practicar el golf, siendo los meses veraniegos bastante menos propicios. La isla de Mallorca cuenta con 23 campos de golf, muchos de ellos integrados en los propios hoteles o resorts, con la posibilidad de ofertar al turista de golf un producto cómodo, atractivo y muy ajustado a sus expectativas.
El turismo de golf aún presenta margen de mejora en nuestro archipiélago y puede ser posible impulsar la llegada de un mayor número de turistas amantes de este deporte a los hoteles en Mallorca, Menorca o Ibiza que cuentan con la proximidad de algún recinto para la práctica del golf, durante todo el año, con el clima más propicio y el ambiente más acogedor.